Una negociación de cargos es un contrato entre el fiscal y el acusado, a través de su abogado. En ese contrato el fiscal manifiesta la ofensa acordada y el castigo acordado que aceptará el acusado. En cambio por la ofensa y el castigo acordados, el acusado está de acuerdo en renunciar a sus derechos constitucionales y legales.
Lo que los clientes ven con frecuencia es al acusado en frente del juez, y el juez advirtiendo al acusado y aceptando o rechazando la negociación. Si el juez acepta la negociación de cargos, el cliente, con muy pocas excepciones, renuncia a su derecho de presentar una apelación y de quejarse de la negociación. Este es el paso más importante para un cliente después de haber escogido a su abogado.
Cada vez que estoy en la corte me sorprendo cuando veo a personas firmando los documentos de una negociación de cargos sin siquiera leerlos o hacer alguna pregunta. El documento de la negociación de cargos que firma un cliente al cerrar su caso es el punto más importante del caso. Sí, más importante todavía que haber contratado a su abogado.
Porque es en este último punto donde el cliente tiene una opción. En un juicio con jurado o con juez, el resultado se encuentra un 100% en las cabezas y las manos del jurado o del juez. Ambos son desconocidos para el cliente; no sus colegas.